Los Símbolos Patrios Del Ecuador y Su Historia
Junto al Escudo y al Himno Nacional, la Bandera completa la trilogía de símbolos que representan e identifican a nuestra patria ante todas las naciones del mundo.
A través de la historia nuestra bandera ha sufrido diferentes y sustanciales cambios.
Durante muchos años se ha sostenido -indocumentadamente- que luego de la Revolución del 10 de Agosto de 1809 los quiteños izaron una bandera roja con el asta blanca. Eso no es cierto, el 10 de agosto de 1809 “no se varió el estandarte Real”, y así lo hacen constar tanto el investigador José L. Gouhir, en la página 94 de su obra “Historia de la República del Ecuador, Tomo I”, publicada por el Banco Central del Ecuador (1992), donde hace referencia a la edición No. 21 de El Porvenir 1885, en la que aparece la relación de un testigo presencial; como el Hno. Eduardo Muñoz Borrero, Miembro de la Academia Nacional de Historia, en la página 681 de su obra “Entonces Fuimos España”.
A partir de 1812, durante la guerra civil que libraron los dos bandos quiteños seguidores del Marqués de Villa Orellana, y del Marqués de Selva Alegre,.sanchistas y montufaristas, uno de estos grupos llevó como enseña una bandera roja con el “aspa” blanca, no asta blanca como debe haberlo leído quien hizo la trascripción de los documentos de esa época. Esa bandera roja con el “aspa” blanca fue bandera muy utilizada por los españoles durante la colonia, y es, precisamente, la que aparece en el escudo colonial guayaquileño.
La primera bandera no española que flameó dentro de los territorios de lo que fue la Real Audiencia de Quito fue la que enarbolaron los guayaquileños en la Revolución del 9 de Octubre de 1820, a través de la cual se proclamó la independencia de la Patria.
Esa bandera estuvo conformada por tres franjas celestes y dos blancas intercaladas una a una de manera horizontal, y llevaba en la franja celeste del centro tres estrellas blancas que representaban a Guayaquil, Quito, Cuenca, con lo cual los guayaquileños demostraron no solo que habían proclamado la independencia de toda la Patria, comprendida entonces por la Real Audiencia de Quito.
Esta gloriosa bandera de Guayaquil Independiente es la que los patriotas llevaron en todas las luchas por la independencia, y flameó el 24 de Mayo de 1822 en la batalla del Pichincha.
Un día después, el 25 de mayo, el Gral. Antonio José de Sucre hizo enarbolar el tricolor colombiano amarillo, azul y rojo.
Guayaquil no aceptó la imposición del tricolor colombiano, y el 2 de junio de ese mismo año -luego de que Quito expresara su voluntad de anexarse a Colombia-, por mandato dela Junta Suprema de Gobierno presidida por José Joaquín Olmedo, se izó en Guayaquil la bandera blanca con el cuadrante superior azul, y dentro de él una estrella blanca.
Al instaurarse la República, en 1830 se volvió a imponer el tricolor colombiano, pero con el triunfo de la Revolución Marcista de 1845, la Junta de Gobierno integrada por José Joaquín Olmedo, Vicente Ramón Roca y Diego Noboa -con el propósito de dar identidad propia al emblema nacional- por decreto del 6 de noviembre adoptó un nuevo pabellón compuesto por tres cuarteles paralelos al asta, azul el del centro y blancos los laterales, y en el del centro, tres estrellas blancas que representaban los departamentos que conformaban entonces el Ecuador: Guayaquil, Quito y Cuenca.
El 6 de noviembre de ese mismo año la Convención Nacional que se reunió en Cuenca adoptó la misma bandera de la Revolución Marcista, pero en vez de tres estrellas llevaría siete, en representación de las provincias que el Ecuador tenía en esa época: Imbabura, Pichincha, Chimborazo, Azuay, Loja, Manabí y Guayas.
El 26 de septiembre de 1860 el Dr. Gabriel García Moreno, en su calidad de Jefe Supremo del Ecuador, decretó la desaparición de la gloriosa bandera marcista que durante 15 años había sido el emblema oficial del estado ecuatoriano, y ordenó que se adopte nuevamente el iris colombiano. Poco tiempo después, la Convención Nacional de 1861 -reunida en Quito- ratificó lo decretado por el mandatario.
Casi cuarenta años debieron pasar hasta que -durante el gobierno del Gral. Eloy Alfaro- por decreto legislativo del 31 de octubre de 1900 se regule de manera oficial y definitiva el empleo del pabellón nacional con los colores amarillo, azul y rojo, en franjas horizontales y con la observación de que la franja amarilla debía tener el doble del ancho que las de los otros colores.
Finalmente, el 26 de septiembre de 1955, el Congreso Nacional expidió el decreto mediante el cual se declaró al 26 de septiembre como el Día de la Bandera Nacional, haciendo obligatoria su celebración cada año.

El escudo del Ecuador no siempre fue el mismo que actualmente ostenta, pues este ha sufrido muchos cambios, detallados a continuación:
Escudo de 1820
| 1820 |
Cuando se proclamó la Independencia de Guayaquil, el 9 de octubre de 1820, se adoptó como escudo del movimiento emancipador el que está formado por una estrella de cinco puntas sobre fondo azul, inscrita en un óvalo encerrada y rodeada de dos ramas de laurel entrelazadas por una cinta roja y posteriormente se le añadió la leyenda: "Por Guayaquil Independiente". Este fue, más bien, el escudo de la Provincia Libre de Guayaquil y no del Ecuador propiamente dicho.
Consignamos que el presidente de la Junta Superior de Gobierno de Guayaquil en 1820, Dr. José Joaquín de Olmedo, dio orden que los papeles oficiales del Cabildo tengan un sello consistente en una estrella flanqueada por una corona de laureles y a un lado la leyenda Por Guayaquil Independiente. Ahora es el blasón de la ciudad de Guayaquil de Ecuador.
Escudo de 1822
| 1821 — 1830 |
El 29 de mayo de 1822 se incorporó Quito a la Gran Colombia, siendo precedido por el departamento de Azuay en la marcha emancipadora de Sucre y Guayaquil el 30 de julio, por lo que se adoptó el escudo colombiano creado por la ley sancionada el 6 de octubre de 1821 por el Congreso de Cúcuta, cuyo Artículo 1 detalla:
"Se usará en adelante, en lugar de Armas, dos cornucopias llenas de frutas y flores de los países fríos, templados y cálidos, y de las fasces colombianas, que se compondrán de un hacecillo de lanzas con el seguir atravesado, arcos y flechas cruzados, atados con cinta tricolor en la parte inferior."
Otro detalle es que el Gran Sello de la República, según el Artículo 2, debía llevar la siguiente inscripción en la circunferencia: «República de Colombia».
Escudo de 1830
| 1830 - 1835 |
Al suceder la disolución de la Gran Colombia y proclamarse la soberanía e independencia de los tres estados que la integraban, el primer Congreso del Ecuador, en su sesión del 17 de septiembre de 1830, analizó la creación del Escudo de Armas del Estado, mientras se mantenía también el escudo de la República de Colombia, con el afán de mantener la unidad de los estados independizados. La idea de configuración del blasón está atribuida al presidente de la Asamblea, Dr. José Fernández Salvador, quien además sugirió agregar la leyenda El Estado del Ecuador en la República de Colombia, además de un sol sobre las fasces de las Armas de la República.
Estos cambios son aludidos en las actas de la sesión del 21 de septiembre de [1830]], después de emitirse la ley por el Congreso, en tanto que el 27 de septiembre de 1567 el presidente de la República del Ecuador, Juan José Flores, sancionó el decreto:
Artículo 1 - "Se usará en adelante de las armas de Colombia, en campo azul celeste con el agregado de un sol en la equinoccial sobre las 2 fasces, y un lema que diga El Ecuador en Colombia."
Escudo de 1835
| 1835 — 1843 |
En 1835, con el fin de la Gran Colombia, llegó el fin del lema "Estado del Ecuador en la República de Colombia" y pasó a ser simplemente la "República del Ecuador", otra vez se adoptó un escudo sin un decreto específico. En la Convención Constitucional de Ambato se dio un decreto sobre papel sellado el día 10 de agosto, en el cual se dice en su artículo 2°:
"En el sello no se pondrán las armas de la república con el lema República del Ecuador..."
Pero no fue sino hasta 1836 que, en un decreto de acuñación de moneda dado el 14 de junio, se describió el Escudo de Armas de la República.
Los signos del zodiaco representaban los meses de la revolución de 1820, desde Leo (julio-agosto) hasta Escorpión (octubre-noviembre). Llevaba 7 estrellas de 5 puntas, representando a las 7 provincias que entonces componían el Ecuador. Los cerros: Los dos de la izquierda del escudo (derecha, visto de frente) representan el Guagua Pichincha, con un cóndor en su cima y el volcán Ruco Pichincha. El cerro de la derecha del escudo (izquierda, visto de frente) es "un risco, sobre él una torre, y sobre esta se colocará otro cóndor, que haga frente al que está sobre el Guagua Pichincha".
Este Escudo tiene la forma simple de un escudo ovalado y no llevaba adornos alrededor, como sí los llevarían los siguientes escudos.
Escudo de 1843
| 1843 — 1845 |
La convención nacional reunida en Quito el 18 de junio de 1843, bajo la presidencia de Francisco de Marcos, resolvió cambiar el escudo de armas de la República.
En la parte superior rectangular y en la parte inferior elíptica. Su campo se dividirá en tres cuarteles: en el superior se colocará sobre fondo azul el sol sobre una sección del zodiaco; en el cuartel se subdividirá en dos: en el de la derecha, sobre fondo de oro, se colocará un libro abierto en forma de tablas, en cuyos dos planos se inscribirán los números romanos I, II, III y IV, indicantes de los cuatro primeros artículos de la Constitución; en el de la izquierda, sobre un fondo verde, se colocará un caballo. El cuartel inferior, subdivididas en dos, se colocará en fondo azul un río sobre cuyas aguas, se representará un barco; y en el de la izquierda, sobre fondo de plata, se colocará un volcán. En la parte superior, en lugar de la cimera, descansará un cóndor cuyas alas abiertas extendidas sobre los dos ángulos simbolizan el poderío, la grandeza y la altivez. En la orla exterior y en ambas partes laterales se lucirán y pondrán banderas tricolores y trofeos.
Escudo de 1845
| 1845 — 1860 |
La Convención Nacional reunida en Cuenca y presidida por Pablo Merino Ortega después del triunfo del 6 de marzo de 1845. Dispuso el cambio del escudo por decreto del 6 de noviembre de 1845, la creación de este escudo se sostiene que es del poeta José Joaquín de Olmedo, siendo:
Un escudo ovalado que contenga interiormente, en la parte superior, el sol con aquellas porciones de la elíptica en que se hallen los signos correspondientes a los meses memorables de marzo, abril, mayo y junio. En la parte inferior, a la derecha, se representará el volcán Chimborazo, del que nacerá un río, y donde aparezca más caudaloso estará un buque a vapor que tenga por mástil un caduceo como símbolo de la navegación y del comercio, que son la fuente de prosperidad del Ecuador. El escudo reposará sobre un lío de haces consulares, como insignia de la dignidad republicana; será adornado exteriormente con banderas nacionales y ramas de laurel y palma, y coronado por un Cóndor con alas desplegadas, a los lados las banderas bicolores que menciona el decreto son las de azul y blanco colocando siete estrellas.
Escudo de 1860 y 1900


1860 — 1900
1900 — presente
Tras finalizar el período marcista en 1860, el entonces presidente Gabriel García Moreno decretó que la bandera fuera la misma de la Gran Colombia. La Convención Nacional de 1861 ratificó el cambio de la bandera sin hacer mención del escudo, por lo que este continúo siendo el mismo de 1845 pero adornado con el tricolor gran colombiano.
Siendo el presidente de la república el general Eloy Alfaro, el Congreso Nacional de 1900 determinó definitivamente los símbolos nacionales. El actual y definitivo escudo de armas fue adoptado el 31 de octubre de 1900, logrando el ejecútese presidencial del Gral. Alfaro el 7 de noviembre de 1900 y el decreto se publicó en el Registro Oficial Nº 1272 el 5 de diciembre de 1900. En el artículo de su decreto del 31 de octubre del citado año, transcribe la disposición de 1845, pero se suma:
con la única modificación de que se use los tricolores colombianos en lugar de las banderas bicolores.
Por lo que al final se mantuvo el mismo escudo dibujado por Olmedo, pero con el cambio de los colores de las banderas y la dirección de la cabeza del cóndor.
El Himno Del Ecuador
HISTORIA DEL HIMNO NACIONAL DEL ECUADOR
"El actual Himno Nacional del Ecuador, cuyos autores fueron el poeta ambateño Juan León Mera Martínez (1832-1894) y el músico de origen francés Antonio Neumane Marno (1818-1871), tuvo algunos proyectos de reforma hasta alcanzar su fijación definitiva e intangibilidad.
Además hay que recordar que hubo otros intentos por dotar al país de una Canción Nacional. Revisemos entonces los personajes y distintas épocas que aparecieron a lo largo de la interesante historia de nuestro símbolo patrio.
1830-1832: El bardo guayaquileño José Joaquín de Olmedo escribe una Canción Nacional (un coro y cuatro estrofas) en homenaje al naciente Estado ecuatoriano. Esta creación sugerida por el Gral. Juan José Flores no fue musicalizada ni tampoco logró difusión.
1833: Un himno con título de Canción Ecuatoriana (seis estrofas) se publicó en la Gaceta del Gobierno del Ecuador No. 125 del 28 de diciembre. El trabajo señala 1830 como el año de su creación, pero la mayoría de los cronistas no le presta total atención por ser de un autor anónimo.
1838: Una Canción Nacional (coro y cinco estrofas) aparece incluida en el folleto Poesías del General Flores en su retiro de La Elvira, que publicó la Imprenta del Gobierno. En edición posterior presenta cambios en su tercera estrofa. Aún así, para los historiadores es la segunda Canción Nacional que se conoce.
1865: El músico argentino, Juan José Allende, que colaboraba con el Ejército del Ecuador, presenta al Congreso Nacional un proyecto de musicalización de la letra del Dr. José Joaquín de Olmedo, pero aquello no tuvo la suficiente acogida.
En noviembre, por expreso pedido del presidente del Senado, Dr. Nicolás Espinosa, el poeta ambateño Juan León Mera Martínez, para entonces secretario de dicha función del Estado, escribe y entrega la letra del Himno Nacional, que luego de ser conocida por los congresistas es enviada a Guayaquil para que el maestro Antonio Neumane le ponga música.
1866: El 16 de enero se publica la versión completa de la letra de Juan León Mera en el semanario quiteño El Sud Americano.
1913: El escritor y diplomático guayaquileño Víctor Manuel Rendón, entrega un nuevo himno con letra adaptada a la música de Antonio Neumane pero finalmente el Legislativo rechaza la propuesta.
1913: El escritor y diplomático guayaquileño Víctor Manuel Rendón, entrega un nuevo himno con letra adaptada a la música de Antonio Neumane pero finalmente el Legislativo rechaza la propuesta.
1947-1948: El Dr. José Miguel García Moreno, ministro de Educación del gobierno de Carlos Julio Arosemena Tola, comisiona al religioso jesuita Aurelio Espinosa Pólit y a Juan León Mera Iturralde, hijo del bardo tungurahuense, para que estudien y cotejen las versiones que se conocían.
Luego de un detenido estudio finalmente los comisionados recomiendan la expedición de un decreto que declare Himno Nacional del Ecuador a la letra de Juan León Mera Martínez.
1948: El Congreso Nacional declaró Himno Oficial e intangible a los versos del autor ambateño, con fecha 29 de septiembre. El Ejecutivo sancionó el decreto legislativo el 8 de noviembre y en el Registro Oficial No. 68 del 23 de noviembre se publicó dicha letra. Era presidente de la República Galo Plaza Lasso.
1965: Por cumplirse el primer centenario de la letra del Himno Nacional, la Junta Militar de Gobierno que regía el país procede a declarar el 26 de noviembre de cada año como Día del Himno Nacional del Ecuador. El decreto se expidió el 24 de noviembre.
1977: El Consejo Supremo de Gobierno, por decreto del 11 de marzo, dispone la supresión de ciertas repeticiones en el Himno Nacional a objeto de hacerlo menos extenso y propender a que la ciudadanía lo cante correctamente.
1977: El Consejo Supremo de Gobierno, por decreto del 11 de marzo, dispone la supresión de ciertas repeticiones en el Himno Nacional a objeto de hacerlo menos extenso y propender a que la ciudadanía lo cante correctamente.
TEXTO QUE SE CANTA
CORO
¡Salve, oh Patria, mil veces! ¡Oh Patria,
gloria a ti! Ya tu pecho rebosa
gozo y paz, y tu frente radiosa
más que el sol contemplamos lucir.
ESTROFA
Los primeros los hijos del suelo
que, soberbio, el Pichincha decora
te aclamaron por siempre señora
y vertieron su sangre por ti.
Dios miró y aceptó el holocausto,
y esa sangre fue germen fecundo
de otros héroes que atónito el mundo
vio en tu torno a millares surgir.
¡Salve, oh Patria, mil veces! ¡Oh Patria,
gloria a ti! Ya tu pecho rebosa
gozo y paz, y tu frente radiosa
más que el sol contemplamos lucir.
ESTROFA
Los primeros los hijos del suelo
que, soberbio, el Pichincha decora
te aclamaron por siempre señora
y vertieron su sangre por ti.
Dios miró y aceptó el holocausto,
y esa sangre fue germen fecundo
de otros héroes que atónito el mundo
vio en tu torno a millares surgir.
HIMNO NACIONAL DEL ECUADOR
Coro
¡ Salve, oh Patria, mil veces! ¡Oh Patria,
gloria a ti! Ya tu pecho rebosa
gozo y paz, y tu frente radiosa
más que el sol contemplamos lucir.
ESTROFAS
I
Indignados tus hijos del yugo
que té impuso la ibérica audacia,
de la injusta y horrenda desgracia
que pesaba fatal sobre ti,
santa voz a los cielos alzaron,
voz de noble y sin par juramento,
de vengarte del monstruo sangriento,
de romper ese yugo servil.
Salve, oh Patria..
II
Los primeros, los hijos del suelo
que, soberbio, el Pichincha decora
te aclamaron por siempre señora
y vertieron su sangre por ti.
Dios miró y aceptó el holocausto,
y esa sangre fue germen fecundo
de otros héroes que, atónito el mundo,
vio en tu tomo a millares surgir,
Salve, oh Patria...
III
De esos héroes al brazo de hierro
nada tuvo invencible la tierra,
y del valle a la altísima sierra
se escuchaba el fragor de la lid;
tras la lid la victoria volaba,
libertad tras el triunfo venía,
y al león destrozado se oía
de impotencia y despecho rugir.
Salve, oh Patria...
IV
Cedió al fin la fiereza española,
y hoy, loh Patria!, tu libre existencia
es la noble y magnífica herencia
que no dio el heroísmo feliz:
de las manos paternas la hubimos,
nadie intente arrancárnosla ahora,
ni nuestra ira excitar vengadora
quiera, necio o audaz contra sí.
Salve, oh Patria...
V
Nadie, ¡oh Patria!, lo intente. Las sombras
de tus héroes gloriosos nos miran,
y el valor y el orgullo que inspiran
son augurios de triunfos por ti.
Venga el hierro y el plomo fulmíneo,
que a la idea de guerra y venganza
se despierta la heroica pujanza
que hizo al fiero español sucumbir.
Salve, oh Patria...
VI
Y si nuevas cadenas prepara
la injusticia de bárbara suerte
¡gran Pichincha! prevén tú la muerte
de la Patria y sus hijos al fin;
hunde al punto en tus hondas entrañas
cuanto existe en tu tierra: el tirano
huelle solo cenizas y en vano
busque rastro de ser junto a ti.
Salve, oh Patria...
¡ Salve, oh Patria, mil veces! ¡Oh Patria,
gloria a ti! Ya tu pecho rebosa
gozo y paz, y tu frente radiosa
más que el sol contemplamos lucir.
ESTROFAS
I
Indignados tus hijos del yugo
que té impuso la ibérica audacia,
de la injusta y horrenda desgracia
que pesaba fatal sobre ti,
santa voz a los cielos alzaron,
voz de noble y sin par juramento,
de vengarte del monstruo sangriento,
de romper ese yugo servil.
Salve, oh Patria..
II
Los primeros, los hijos del suelo
que, soberbio, el Pichincha decora
te aclamaron por siempre señora
y vertieron su sangre por ti.
Dios miró y aceptó el holocausto,
y esa sangre fue germen fecundo
de otros héroes que, atónito el mundo,
vio en tu tomo a millares surgir,
Salve, oh Patria...
III
De esos héroes al brazo de hierro
nada tuvo invencible la tierra,
y del valle a la altísima sierra
se escuchaba el fragor de la lid;
tras la lid la victoria volaba,
libertad tras el triunfo venía,
y al león destrozado se oía
de impotencia y despecho rugir.
Salve, oh Patria...
IV
Cedió al fin la fiereza española,
y hoy, loh Patria!, tu libre existencia
es la noble y magnífica herencia
que no dio el heroísmo feliz:
de las manos paternas la hubimos,
nadie intente arrancárnosla ahora,
ni nuestra ira excitar vengadora
quiera, necio o audaz contra sí.
Salve, oh Patria...
V
Nadie, ¡oh Patria!, lo intente. Las sombras
de tus héroes gloriosos nos miran,
y el valor y el orgullo que inspiran
son augurios de triunfos por ti.
Venga el hierro y el plomo fulmíneo,
que a la idea de guerra y venganza
se despierta la heroica pujanza
que hizo al fiero español sucumbir.
Salve, oh Patria...
VI
Y si nuevas cadenas prepara
la injusticia de bárbara suerte
¡gran Pichincha! prevén tú la muerte
de la Patria y sus hijos al fin;
hunde al punto en tus hondas entrañas
cuanto existe en tu tierra: el tirano
huelle solo cenizas y en vano
busque rastro de ser junto a ti.
Salve, oh Patria...
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